martes, 28 de agosto de 2007

Capítulo 2: Una extraña habitación...

Las llamas avanzaban rápidamente. Zephyr, el primero en alcanzar la escalera, puso subir sin problemas. Nuevamente el frío intenso del exterior le dio la bienvenida cuando salió del sótano. A pesar de la velocidad que llevaba, pudo percatarse que cerca de la entrada, unas figuras se paseaban por la estructura, los personajes quedaron sorprendidos al ver salir al elfo y a los demás tras él.
Un extraño enano, vestido con cueros se acercó a Zephyr.
- Saludos elfo...no esperaba encontrar a alguien acá.-
- Saludos enano...veo que andas en busca de algo, acá solo hay ruinas.-
- Así veo, salieron muy rápido de la chimenea, ¿que había abajo?-
- Nos topamos a unos bichos muy grandes, y luego el piso ardió, y tuvimos que salir de inmediato...me gustaría bajar nuevamente...por cierto...¿no conoces a este enano? Viste como tu, a lo mejor son de la misma tribu...- dijo Zephyr indicando al enano harapiento de Pedraza.
- No, no lo conozco, yo no pertenezco a ninguna tribu o clan...- dijo el enano mientras se rascaba la barba pensativo.
Uno de los compañeros, de éste descendió por la escalera apresuradamente, seguido por otro, ambos humanos muy fornidos.

Todos volvieron a ingresar, salvo el otro elfo que salió corriendo quien sabe en que dirección.
Ya abajo, uno de los humanos encendió una antorcha, iluminando lo suficiente para notar que todo estaba quemado.
Avanzaron hacia el túnel en el que habían visto a un encapuchado, caminando un gran trecho, dando vueltas hacia la derecha, luego hacia la izquierda, pero siempre descendiendo.
Pasó un tiempo en que los nuevos compañeros intercambiaron palabras para conocerce un poco más, cuando al final del túnel, una puerta con una cerradura les impidió seguir avanzando.
El enano, llamado Dain, que se veía más experimentado que el enano que acompañaba a Zephyr, y era llamado sabio por los humanos, fornidos y algo salvajes; se dirigió a la cerradura para mirar y algo le hizo retroceder de un salto. Al momento que se quitó de la cerradura, una flecha salió por el agujero clavándose unos metros más allá.
- Dentro vi una sombra...- murmuró indicando a sus compañeros que se prepararan.
Cuando notó que algo empujaba la puerta, gritó:
- Ahora muchachos!!!-
Ambos humanos corrieron al mismo tiempo, y uniendo fuerzas tumbaron la puerta. El polvo levantado impidió ver un momento, pero apenas comenzó a descender unas sombras en el fondo del cuarto comenzaron a lanzar flechas con unas ballestas.
Afortunadamente Zephyr que estaba al final del grupo, pudo esquivarlas.
El combate empezó, los humanos se abalanzaron sobre una de las criaturas, que ya podían distinguir bien.

Eran unos chivos enormes que portaban en las espaldas hachas gigantescas.
Zephyr comenzó a utilizar sus poderes arcanos, se dedicó a lanzar proyectiles mágicos salidos de sus dedos, porque acercarse era de locos.
La lucha no duró demasiado, las criaturas dejaron inconscientes al enano harapiento, y a uno de los compañeros de Dain. El otro guerrero se encargó de un chivo, mientras que al otro lo eliminaron usando fuerzas combinadas entre todos.
Lamentablemente uno de los guerreros salvajes pereció en el combate, pero afortunadamente, Dain pudo salvar al enano de Pedraza usando unos extraños poderes. Esto llamó la atención de Zephyr, ya que parecía dominar antiguos poderes.
Ahora más tranquilos, el grupo pudo examinar la habitación, al fondo un mapa enorme cubría la totalidad del muro, en las esquinas, una olla llena de monedas de oro, y en la otra, una olla vacía con monedas sueltas en el suelo. Las monedas sueltas formaban en el suelo una especie de flecha. Cuatro pilares adornaban la habitación y una puerta en cada lado. Sobre cada puerta, unas palabras indicaban que por una se llegaba a Pedraza, y por la otra a Bellfree.
Zephyr convocó a los poderes arcanos nuevamente, amparado en una corazonada, para ver si en la habitación existían palabras mágicas.
Ayudado por Dain, encontró en cada pilar el hechizo símbolo, pero eran demasiado extraños como para activarlos.
En el mapa, en lengua dracónica encontraron lo siguiente:
“Para poder mantener seguro y a salvo este mundo, la bestia blanca que habita en...y así quedará guardada.”
- Maldición...no alcanzo a leer arriba, es todo lo que tenemos...¿entiendes algo Dain?- dijo Zephyr mientras se paseaba mirando la habitación.
Dain relató que su maestro le había contado una antigua historia de dragones buenos y malos, los buenos eran pequeños y uniendo fuerzas lograron detener al único maligno que destruiría todo, pudiendo encerrarlo en algún lugar.
Esto sorprendió a todos, especialmente a Zephyr, claramente el texto rezaba “la bestia blanca...”, pero hacía falta muchas pistas, y el rompecabezas estaba incompleto...

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